Un motivo importante de caminar es conocer nuevos sitios, más aún cuando te presentan la oportunidad de hacerlo acampando en el trayecto y por senderos tan hermosos como los recorridos para llegar por Las Lajas hacía Valle Chiquito. Bajo la guía del Prof. Bonarge completamos este circuito que incluía una parada por cerro La Gaita y sus alrededores. Este sendero estuvo lleno de diversidad en insectos, flora y sorpresas.
Nuestro recorrido iniciaría desde Las Lajas, sitio conocido por llevarnos a lugares como La Laguna de San Carlos, Cerro Picacho, Cerro Sapo. Valle Chiquito es un nombre que puede engañar, ya que desde el mismo lograríamos alcanzar una altura superior a los 1100 metros sobre el nivel del mar.
El grupo por coincidencia sería muy parecido al que tuvimos para nuestra anterior visita al Volcán Barú, con la excepción de nuestra amiga bióloga y la adición de nuestro guía y organizador del evento el Profesor Bonarge Rodríguez. A pesar de él haber recorrido en gran cantidad de ocasiones este sitio, sería el primer intento del grupo de acampar en la parte alta del sendero.
Con nuestras mochilas puestas, y El Motete del Prof. listo, solo quedaba repartir un machete extra y un radio para cualquier eventualidad. Al inicio me tocó esta responsabilidad. Nuestro recorrido inicia en un camino de tierra el cual luego de pasar por unas fincas y cruzar una quebrada se convierte inmediatamente en una subida continua e inclinada, lo cual ya había sido advertido.
El calor y humedad empiezan a cobrar energías. El sendero con algo de esfuerzo se puede visualizar. Eventualmente lianas y otros obstáculos adicionales presentan una oportunidad para probar el machete. Irónicamente, mi primer intento de abrir algo de camino resulta en cortar todas las lianas alrededor, excepto la que tenía como objetivo. Pero la práctica hace el maestro y eventualmente llegaríamos a una sección abierta o estepa que ya habíamos avistado durante nuestra sesión previa de orientación.
Ahí se hicieron las 10AM y las altas temperaturas se podían apreciar a través de la reverberación causada por el calor sobre el suelo. Esta sección a pesar de no ser inclinada requeriría calma y búsqueda de sombras, por suerte las pudimos encontrar en el camino. Pronto volveríamos a entrar a otro bosque, no sin antes verificar nuestra ruta a través de las cimas visibles y bastante particulares del área.
La siguiente sección volvería a ser muy inclinada, pero más corta. Al salir del bosque seríamos recompensados con la fría brisa del filo de montaña en que nos encontramos. Luego del muy merecido descanso continuaríamos nuestro recorrido.
Un importante y lastimoso acontecimiento sobre este cerro fue la caída de una avioneta a finales de noviembre del 2005. En el recorrido nos encontraríamos con una cruz en memoria del evento, además de piezas de la avioneta que aún se encuentran como recordatorio e invitación a reflexionar. Sin embargo, esta sección tuvimos que avanzar con mayor velocidad ya que ahí avispas habían picado a nuestro amigo Gooseman.
Luego de esto nos tocaría una sección inclinada más. Con la altura alcanzada, la flora empieza a variar, así como el clima. Sería un poco dificil la subida pero muy bonita. Poco tiempo después llegaríamos a la sección donde acamparíamos. Primero revisaríamos el área para buscar el lugar ideal para nuestro hogar temporal. Nuestra elección se basó en la variedad de árboles aptos para nuestras hamacas, así como el clima fresco aunque ya planeando para los más fuertes vientos que vendrían durante la noche.
Para preparar el campamento nos tocaría volver a probar el uso del machete, los tres principiantes tomaríamos turnos para ello convenciéndonos que querríamos tener nuestra propia herramienta a futuro.
Con las hamacas y lonas instaladas, disfrutaríamos la caída del atardecer preparando nuestras cenas. Nuestro compañero y guía hábilmente preparó una banca con los recursos del área, así como una fogata y rompevientos, todo con leña, ramas y hojas encontradas alrededor.
Durante la noche el frío ya era palpable pero el calor de la fogata lo combatiría durante las horas que estuvimos conversando y disfrutando de una última bebida de chocolate caliente.
Luego del convivio nos repartiríamos a nuestras respectivas hamacas para dormir. Después de leer unas pocas páginas de Hitchikers Guide To The Galaxy, estaría durmiendo por algunas horas.
Alrededor de las 3AM, ruidos me despertarían y recordarían conversaciones antes de dormir sobre tuliviejas y saínos. La total oscuridad dificultaría ubicar el origen de los sonidos, por lo que solo me quedaba asumir vendrían del suelo y se estaban acercando cada vez más. Minutos pasan mientras quedo congelado dentro de mi hamaca, sin encender lamparas o celulares para no llamar la atención de cualquier animal o ente paranormal afuera. Por fin pude visualizar una lampara encendida y escuchar la voz del Prof. Le pregunto si el ruido proviene del suelo y me responde que viene de los árboles. Salgo rápidamente de mi hamaca.
Como suele suceder, enfrentar los miedos trae sus recompensas y en este caso fue el avistamiento de los llamados cusumbí. Con el reflejo de la lampara pudimos ver los pares de ojos de unos 4 alrededor de nuestro campamento y algo de detalle de la cola de uno en movimiento. En verdad no conocía sobre la especie y ciertamente ellos tampoco nos esperaban ahí.
Después de que se retiraran sería más fácil dormir hasta que el amanecer nos diera la bienvenida a continuar el circuito. Las fuentes de agua en medio del recorrido son inexistentes por lo que la mayoría optaron guardar sus reservas para tomar el resto de la caminata. Yo me preparé un café el cual fue de gran alivio contra el frío matutino.
Nuestro próximo destino sería llegar a el mirador del Cerro La Gaita. Nuestra ruta estaría llena de hermosas orquídeas, pasión que convirtió a nuestro guía en un experto en la materia. En la caminata no harían falta información sobre las especies de flora y fauna que nos topábamos.
Eventualmente llegaríamos a las bancas del mirador donde la mayoría suelen llegar caminando por unas escaleras en una ruta distinta proveniente de Altos del María. Ahí descansaríamos un rato más, aunque la neblina no permitiría ver más allá que a unos 100 metros de distancia. Un breve recorrido serviría para tener una idea sobre el sitio y ver algunas aves curiosas.
Nuestro retorno completaría el circuito llevándonos primero de bajada por el bosque, hasta fincas, una quebrada más que aunque algo seca representa la fuente de agua de la comunidad cercana. Saldríamos a un lado de la calle de acceso a la Laguna de San Carlos, donde además hay otra pequeña laguna para mí antes desconocida. El sonido y un árbol con oropendolas cerrarían este capítulo, ya que el resto del circuito hasta nuestro punto de inicio sería por la carretera de la comunidad.
Categories: Aventuras
Lindo recuento! Gracias.
Cusumbi está en la lista de animales en peligro de extinción de la Contraloría de Panamá.
Nombre científico Potos flavus.
Wow, gracias a ti por el aporte. Fue todo un honor más ahora entonces el encuentro. Que lástima porque buscando en internet he visto que tiene otros nombres y los promocionan a veces como mascotas.
Como siempre Alfredo excelente narrativa, cada vez mas descriptiva y detallista, lo que hace que las personas que lean se interesen en saber los detalles, me gustó mucho lo de las avispas y los cusumbí a las 3 de la mañana, realmente es necesario que ustedes estén siempre alertas y eso hará la diferencia en encontrarse en medio de una situación, pero lógicamente eso se adquiere con las experiencia, es importante siempre dormir en estos casos con una linterna o lampara de cabeza y un puñal o cuchillo manejable, por lo general y si hubiera sido el trip en un área como el Darién o Santa fe, dentro de la selva, nunca les hubiera dejado dormir tan bajo, en estos casos siempre es bueno hacerlo a una altura de un metro y medio o dos, por posible encuentros con Pecaries o puercos de monte, algo que en estos lugares por donde estuvimos no existe, pero vale la recomendación, lo otro es el uso del machete, una herramienta que es indispensable para ejecutar cualquier tarea en el monte, selva o montaña, si bien dijiste el frío en la madrugada a esta altura nos hizo tiritar los dientes quizás por las ráfagas de vientos constantes pero fue interesante para probar algunos de sus equipos y saber a ciencia cierta si funcionaban, el sendero se presta, ademas de los bosques siguientes para planear futuras giras y acampadas con el único inconveniente de que en el trayecto no hay fuente de agua, por lo que siempre hay que llevar una buena provisión, por lo demás la flora y fauna, ademas de la gran cantidad de insectos y mariposas, compensa el esfuerzo y pasar el día y la noche lo hace mas interesante, fue un trip excelente, aparte de ser un circuito exige bastante al comienzo por ser elevaciones en angulo de 45° se disfruto realmente la compañía, saludos cordiales a todos los participantes.
Así es. Yo he escuchado cuentos sobre los puercos de monte y no es relajo! Muchas gracias por el comentario y claro por su excelente guía durante el trayecto, de esta forma seguimos aprendiendo.
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