Además pude regresar con RuJack, quien también le debía compensar por su paciencia en las semanas anteriores que pasamos mayormente en el parque. Aunque no se puede quejar, ya que ahora sabe algo de Agility.

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Volviendo a Cerro Chame, tuvimos la oportunidad de acampar a medio camino en un spot previamente vetado por nuestro colega Gooseman. También nos acompaño Bati-Queeny. En todo el camino hacia el spot RuJack nos acompañaría por delante, no sin dejar de inspeccionar cada roca. Hemos llegado a la conclusión que tiene complejo de Arqueólogo (o de Indiana Jones).

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Al llegar instalamos nuestras hamacas y lo que nos espero fue una perfecta noche estrellada y con mucha brisa. La brisa mantuvo una temperatura mayormente fría pero tolerable. La única desventaja es que los pinos de cierto diámetro suelen moverse mucho con la brisa, lo que puede quitar el sueño a media noche. Por otro lado, cada vez que me despertaba tenia encima un show de estrellas que me me robaban el sueño. Pude contar hasta 4 estrellas fugaces, además de disfrutar del traslado de Marte, Venus, Jupiter y constelaciones notables como Orión y Ursa Major.

Así entonces, la mañana siguiente empacamos y muy tranquilamente retornamos. Claro que celebramos con unas muy merecidas pizzas. Ahora el tema es que quedamos picados para seguir sendereando…

Si quieren un video-resumen, Instagram es nuestro amigo!

https://www.instagram.com/p/BO0mG-kB83q/?taken-by=rujackdogman

A diferencia de otros viajes largos, RuJack está ya acostumbrado a viajar y pudo permanecer tranquilo todo el trayecto de aproximadamente 7 horas, con un par de paradas.

Ya en Volcán, conocería nuevos amigos humanos y caninos. Su primer contacto canino fue con Zeus, quien se encontraba casi tan emocionado como RuJack de jugar con otro perro. Esa tarde jugarían hasta el cansancio en una casa cerca de la vía principal. Pero nuestro destino más tarde sería un par de cuadras más –arriba–, donde pernoctaríamos el resto de la semana. Allá conoció a Frankie, un enorme Rohedisian Ridgeback ó Perro León Africano.

Lastimosamente por el cansancio de jugar con Zeus, los intentos de Frankie de jugar con RuJack darían una impresión más intimidante. A pesar de empezar con el pie izquierdo, más adelante ambos aprenderían a llevarse un poco mejor, con nuestra ayuda.

La mañana siguiente saldríamos de nuestra hamaca para nuestra primera visita: Las Lagunas de Volcán. Este sitio no está lejos de la via principal pero la carretera no está en las mejores condiciones por lo que se debe transitar con cuidado. El plan era conocer las dos lagunas más grandes. El recorrido por la primera nos llevó hasta la mitad del camino, donde no encontramos por donde seguir. De regreso también estuvimos dando algunas vueltas, ya que se nos había perdido un pequeño desvío que teníamos que tomar. Pero como siempre, RuJack nos sigue sin quejas, aunque decidí ayudarle parte del trayecto por lo espeso del monte en algunos puntos.

La mañana siguiente, después de llamar para confirmar que podíamos llevarlo, iríamos a Sitio Barriles. El museo arqueológico y temático de manera humilde alberga uno de los lugares arqueológicos de gran atractivo en Panamá. Al llegar, nos recibieron un grupo de 5 o 6 perros poco amigables con RuJack. Me tocó hacer la excepción y levantarlo para que no fuera alcanzado, hasta que se calmaran. Mi error sería volverlo a bajar ya que regresarían y pondrían a «correr por su vida» al pobre Rujacksin. Afortunadamente solo le toco una pequeña revolcada y los perros fueron llamados por sus dueños, alejándose el resto del trayecto. Fuera de eso, no tuvimos ningún inconveniente y RuJack como siempre se mantuvo tan feliz como nosotros en conocer el bello sitio.

Ese mismo día también recorrimos un poquito del río Cuesta de Piedra, aunque había mucha gente por lo que optamos regresar.

El próximo día pasaríamos por la casa de Zeus. El pobre estaría un poco enfermo y no tan juguetón como de costumbre. Esto solo sería por algunos días ya que luego de ser atendido por un veterinario y medicado estaría mejorando y volviendo a ser el mismo de siempre. El día nosotros también lo tomaríamos de descanso y por mi parte para adelantar algo de trabajo.

Al día siguiente estaríamos conociendo más del pueblo, caminando hacia una toma de agua con la compañía de Frankie y el resto del grupo. Ambos lograrían llevarse un poco mejor.

Esa tarde también iríamos en un breve picnic por «los pinitos» alrededor de la entrada del sendero hacia Volcán Barú. Luego de un estrepitoso camino en auto llegaríamos y nos quedaríamos un rato. Aprovechamos para correr un poco alrededor.

Nuestra próxima aventura sería un recorrido hacia la entrada del sendero Los Quetzales. En esta ocasión solo podríamos ir hasta la casa de guarda parque en El Respingo, ya que las mascotas no se permiten en el sendero.

De todas formas fue un lindo recorrido y tanto Frankie como RuJack la pasaron de lo mejor. Lo más sorprendente fue que en medio de la caminata vienen de retorno una pareja de extranjeros con dos perros. No solo eso, sino que uno de los perros era del tamaño de Frankie y el otro también era un Jack Russell! Naturalmente, este encuentro estuvo lleno de ladridos y haladas de cadenas. Nada dice aventura como lo inesperado.

De regreso nuestra tarde terminaría en la Finca Janson, disfrutando de un delicioso cafe y RuJack relajándose con la vista hacia el majestuoso Volcán Barú.

Un par de días después cerraríamos nuestras aventuras dirigiéndonos hacia una pareja de cascadas conocidas como los mellizos (o las mellizas? o los gemelos..?), un punto mágico del paso del río Gariche. RuJack nos acompaño sin líos, aunque claro hubo que cargarlo durante los distintos cruces del río. Intentamos conocer otro salto más alto pero lastimosamente el sendero se había cerrado por lo que nos tocó retornar.

Nos quedamos a celebrar con nuestra familia adoptiva el año nuevo y ya el 1ro de Enero lo recibiríamos, yo nuevamente, en Chiriquí, pero esta vez retornando ese día, con la motivación como siempre de regresar para seguir conociendo más de esta hermosa región.

El entrenamiento ha seguido rindiendo frutos, ya que pude participar de un 15K, aumentando poco a poco la dificultad pero aún manteniendo el nivel, clasificando dentro del top 25 en cada una de las tres carreras que he corrido. Me encantaría poder aumentar un poco la velocidad, pero estoy muy satisfecho dada las limitantes y que me considero principiante.

no es mi video, pero salgo y aparento ser parte de la carrera, así que...

La carrera de este mes fue en Cerro Azul, que es un área montañosa. Lastimosamente no disfruté de la ruta tanto como en ocasiones anteriores, pero el solo hecho de participar siempre es recompensa. Debo confesar que en el último kilómetro tuve mi primer calambre en buen rato, pero pude recuperarme sin consecuencias.

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La semana anterior pude regresar a un lugar con recuerdos especiales, Saca Lágrimas en Chicá. Fue un recorrido interesante ya que pude guiarlo con poca ayuda de la ruta trazada anteriormente. También fue bueno poder llevar a Queeny y RuJack para que conocieran el sitio. RuJack al parecer no tiene problemas con los senderos, rocas, lodo pero el agua y ruido de las cascadas no parece agradarle tanto. Faltará confirmarlo en próximas oportunidades. El camino al parecer ha sido poco recorrido últimamente pero igual fue desafortunadamente posible encontrar restos de basura cerca del río que alimenta las cascadas.

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Otro sitio que tenía pendiente retornar fue al Cerro Trinidad, el cual hace más de un año me dio el lujo de conocer de primera mano lo que es la deshidratación. Además pude convencer a otra revanchista, Queeny y a nuestro otro amigo El Chigua en su primera visita a conocer este hermoso sitio. Fue además una excelente oportunidad para conocer mejor al guía local Luis Carlos Rodríguez. Estoy seguro otros conocedores comparten mi opinión que además es el guardian del cerro. Luis Carlos vive a las faldas del Trinidad y además de ofrecer su guía tiene varios proyectos, algunos de mano con el gobierno para mantener y mejorar el acceso y ofrecer un sendero oficial. Le deseo éxitos a esta persona que demuestra gran iniciativa.

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Este fin de semana no tuve planes de senderismo pero si estuve en un curso requerido para obtener licencia de operador de «drone» en Panamá, herramienta que espero utilizar más seguido. Tengo algunas imágenes del año pasado en mi cuenta de instagram @maclord y también podrán observar el uso en algunos vídeos que he subido a la cuenta de Tiendapedia en YouTube.

https://www.instagram.com/p/_e_i2DluxG/?taken-by=maclord

Para cerrar, solo queda decirles que cargo varios dilemas en cuanto a los últimos meses del año. Estoy sacando cuentas (de días, de dinero) para ver cual de mis planes en bucket list puedo intentar. Les seguiré informando!

Aquí el video resumen del ascenso al Cerro Guacamaya desde Cermeño, Provincia de Coclé. Aprovechamos el fin de semana para pasar un excelente campamento en el área. Advertencia: amplia cantidad de tomas de RuJack en el contenido del vídeo.

Receta:

• Destino: Llegar la cascada Las Mieles, Provincia de Coclé, Rep. de Panamá.
• Transporte utilizado: Automóvil.
• Tipo de sendero: Fácil, siempre es recomendable un guía conocedor del área. Ruta Wikiloc (Gracias KCQ)
• Tiempo: 1 hora aproximadamente para llegar a la cascada.
• ¿Qué necesitas?: agua para beber (guía por venir), snacks ligeros, vestimenta adecuada y muda seca adicional.

JUNIO 2015. Durante el viaje tuve la oportunidad de conocer a un miembro de la Fundación Yaguará y muchos detalles sobre su misión de estudiar el paso de especies en nuestra república, en especial la del Jaguar. La conversación fue tan fascinante que poco antes de llegar a Penonome ignoraba las alertas de Waze y fui detenido por un agente de tránsito quien con una multa me avisó sobre el exceso de velocidad que llevaba.

La cascada de Las Mieles se encuentra accediendo desde la comunidad de Piedras Gordas en Coclé, siguiendo el río Bermejo. Con La Tribu Guarumo y una guía coclesana estaríamos llegando sin mayor dificultad para disfrutar del lugar. El sendero se presta para disfrutar de la vegetación colindante al Parque Omar Torrijos Herrera. Una vez en la cascada, además de disfrutar la vista pudimos ubicarnos en varias de sus caídas. Yo en lo personal fui buscando un sitio donde pude sentarme y dejar caer el agua sobre mí.

Luego de un tiempo con el sonido del pasar del agua bloqueando el resto del mundo y disfrutando del relajante masaje me reuní con el resto del grupo. Las nubes en el horizonte anunciaban un gran chaparrón por venir pero con la misión ya cumplida nos retiramos conociendo otro de la infinidad de sitios bellos que ofrece Coclé.